Graciela Alfano salió a bancar una vez más a la China Suárez, quien atraviesa días convulsionados tras el fuerte descargo público que realizó contra Benjamín Vicuña. La polémica estalló cuando el actor decidió impedir que los hijos que comparte con la artista viajen a Turquía junto a ella y Mauro Icardi, situación que volvió a ponerla en el ojo mediático.
En diálogo con Puro Show, expresó: “Ya me pudre que demonicen a una persona simplemente por sus amores o desamores. Sea la China o quien sea, cuando nos va involucrando a todos, porque se va haciendo el discurso de una época que atrasa, yo digo paren: no caminé tanto y me enfrenté con tanto machirulaje para que volvamos 100 pasos atrás”.
Alfano explicó que, si bien en el pasado no era cercana a la actriz, hoy mantiene una relación especial: “En el momento yo no era amiga de la China, ahora hablamos desde un lugar, no sé si de amistad, pero me gusta motivarla. Es también muy reparador para mí, porque yo padecí esta persecuta totalmente injusta, fuera de lugar, sobre mi vida privada. Me reparo yo y la motivo a ella para defenderse”.
Sobre su vínculo con la joven, agregó: “Me pareció que, por el poco tiempo que nos conocemos, pero con conversaciones realmente profundas, es una chica pisciana que, como buena pisciana quiere acomodar todo, que salga lo mejor posible. Una de las cosas que le dije fue ‘a veces en la vida se puede no confrontar, y a veces tenés que sacar las garras’”.
GRACIELA ALFANO HABLÓ DE LA CHINA SUÁREZ
Alfano reflexionó también sobre los motivos que habrían desatado el enojo de la ex Casi Ángeles. “Cuando un pibe se juega y dos días antes de viajar te saca un papel y te dice ‘los pibes no viajan’, la realidad es, ¿para qué lo hace? En lo que a mí respecta eso se habla con la China”, sentenció, dejando clara su postura.
Finalmente, la artista sostuvo que su apoyo a Suárez surge de un principio más amplio: “Yo no tengo una postura, tengo principios, que no tienen que ver con esta gente, pero cuando a una persona se la pone contra la pared y no sale nadie a defenderla y decir algo a su favor, de pronto está en un lugar muy feo, y responde como una madre que está podrida de que le digan que es mala madre”. Y concluyó: “No es una santa, nadie lo es. Y la gente reacciona cuando está podrida, quiero que lo veamos, sin justificar la violencia, desde qué acción generó esto. Ahí sí vamos a ser más justos”.