Más de 500.000 afganos fueron deportados de Irán en apenas 16 días desde el fin de la guerra con Israel, según datos de Naciones Unidas, en lo que podría constituir uno de los desplazamientos más grandes de la última década.
Durante meses, el régimen terrorista iraní manifestó su intención de deportar a los 4 millones de inmigrantes afganos ilegales que viven en distintos puntos del país. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que entre el 24 de junio y el 9 de julio, un total de 508.426 afganos fueron expulsados de Irán a través de su frontera con Afganistán. El flujo alcanzó cifras enormes, con 51.000 personas que cruzaron un viernes, seguido por 30.635 el martes y 33.956 el miércoles.
Estas deportaciones, que forman parte de un plan oficial anunciado en marzo, se intensificaron notablemente tras la guerra de los 12 días con Israel. Según algunas versiones, esta medida fue impulsada por acusaciones, sin pruebas contundentes, de que ciudadanos afganos habrían colaborado como espías para Israel. Sin embargo, hasta ahora no han surgido evidencias sólidas que respalden esas sospechas.
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Además, el régimen terrorista iraní apunta contra los inmigrantes ilegales afganos por ser supuestamente culpables de los problemas económicos y de seguridad en el país.
Diversos analistas sostienen que el gobierno iraní estaría aprovechando el contexto de tensiones con Israel para avanzar en su objetivo de larga data de reducir la presencia afgana indocumentada.
La situación de quienes son forzados a regresar es crítica. Las temperaturas en la zona fronteriza, especialmente en la región de Herat, superan los 40 grados Celsius, y los centros de recepción enfrentan serias dificultades para atender la cantidad de llegadas.
Mihyung Park, jefa de misión de la OIM en Irán, declaró desde el 1 de junio han sido expulsados la mitad de todos los deportados de este año, con 250.000 personas llegando solo en una semana de julio.
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Durante los últimos días, los medios estatales iraníes difundieron imágenes de un presunto «espía» afgano que, según afirma el régimen, habría confesado trabajar para otro ciudadano afgano radicado en Alemania y vinculado a Israel.
“Esa persona me contactó y me dijo que necesitaba información sobre ciertas ubicaciones”, afirmó. Sin embargo, el informe no reveló la identidad del acusado ni presentó pruebas concretas que respalden las declaraciones.
Asimismo, los medios estatales compartieron imágenes que muestran a la policía de Teherán deteniendo a inmigrantes, mayoritariamente afganos según el periodista, mientras los agentes corrían detrás de supuestos indocumentados en zonas rurales.
En lo que va del año, más de 1,6 millones de inmigrantes afganos fueron deportados de Irán y Pakistán, una cifra que ya supera ampliamente las estimaciones iniciales del ACNUR para mediados de 2025. La agencia de Naciones Unidas ahora estima que hasta 3 millones de personas podrían haber retornado a Afganistán para fin de año.