POLÍTICA
El proyecto busca restringir alimentos ultraprocesados y obliga a servir menús con productos frescos y locales.
La iniciativa radical propone prohibir comida chatarra y obligar menús con al menos 30 % de productos locales frescos en escuelas. La norma busca replicar la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable, conocida como Etiquetado Frontal, vigente pero con modificaciones recientes. Sin embargo, esas reformas flexibilizaron los octógonos y redujeron información al consumidor.
El gobierno nacional modificó en diciembre de 2024 el manual de aplicación, limitando los sellos solo a nutrientes agregados y eliminando advertencias por componentes naturales. Esto permitió a la industria quitar octógonos sin cambiar el producto real, según denuncian nutricionistas. Lo que era una herramienta de información ciudadana se convirtió en ventana de flexibilización a favor de fabricantes.
Los impulsores cordobeses parecen ignorar ese retroceso y apuestan a un modelo que ya fue debilitado a nivel nacional. El etiquetado frontal sigue activo como ley nacional (Ley 27.642), pero su aplicación está erosionada por las disposiciones ANMAT 11362/2024 y 11378/2024. Expertos advierten que la medida nacional limita información y favorece el marketing engañoso.
| La Derecha Diario
Copia de un modelo fallido
Si bien el objetivo declarado es prevenir la obesidad infantil, el esquema copia un modelo con grietas estructurales. Prohibir productos y controlar menús mediante normativa refuerza la lógica estatista que rechazamos.
No hay propuesta de indicador fiscal, costo financiero o plan de financiamiento para escuelas o proveedores. El modelo no considera la diversidad cultural ni la autonomía familiar sobre hábitos alimentarios. Lo que se presenta como salud pública puede convertirse en imposición ideológica desde organismos estatales.
Queda en evidencia que, sin marco nacional robusto, un modelo flexible permite a la industria sortear advertencias. Y sin transparencia, el público pierde acceso a información real sobre productos ultraprocesados. El riesgo es un cordobesismo paternalista que impone regulación sin evidencia de eficacia real.
| La Derecha Diario
Kirchnerismo puro
El proyecto es un apéndice del modelo nacional ya debilitado, sin autocrítica ni análisis propio. Carece de consulta real a padres, nutricionistas independientes o colegios privados. Bajo la idea de nutrición sana se abre paso a un modelo inquisitivo en comedores escolares.
Al promover entornos libres de alimentos con sellos, se impone una agenda normativista que incrementa el poder regulatorio estatal. No se explicita cómo se implementarán controles ni qué sanciones aplicarán a proveedores o instituciones. Queda poca claridad sobre cómo se compatibiliza esta regulación con la diversidad real de comunidades educativas.
Resulta contradictorio que un modelo que se presenta como cordobesista se base en normativas nacionales kirchneristas desmontadas. En lugar de promover educación en hábitos, se plantea un esquema punitivo y centralizador. La propuesta amenaza con convertirse en nueva fuente de litigiosidad y conflicto entre Estado, familias y proveedores.
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