¿Qué pasaría si en la universidad alguien quisiera colgar la esvástica nazi?
La vicejefa de Gobierno de la Ciudad, Clara Muzzio, publicó un tuit titulado: “¿Qué pasaría si se colgara una bandera de Israel?”, en el que atacó directamente a las estudiantes agrupadas en el MST-FITU en la FADU que días atrás desplegamos una bandera en solidaridad con Palestina y a un docente de primaria que abrio la bandera de palestina en un acto escolar.
Su comunicado no es un hecho aislado: es parte de una ofensiva política para censurar, perseguir y blindar al Estado genocida de Israel a costa de la libertad de expresión en la universidad pública. Peor aún, mientras justifica la represión en FADU, guarda silencio sobre las estudiantes que fueron golpeadas por patotas enviadas por el decano.
La represión en FADU
Días atrás, el decano de FADU envió patotas de no docentes a agredir a estudiantes que habían colgado una bandera de Palestina en el patio central de la facultad. Ante este hecho presentamos denuncias por violencia de género, persecución política e institucional y discriminación.
Eso es lo grave y lo escandaloso: la censura violenta a estudiantes que ejercieron su derecho democrático a expresarse.
La mentira del “adoctrinamiento”
Expresarse contra un genocidio no es adoctrinar, es un derecho democrático elemental. El patio de FADU siempre fue un espacio de expresión política, cultural y artística. Querer imponer silencio sí es adoctrinar.
Además, es una doble vara vergonzosa: cuando la UBA organizó junto con la DAIA y la Embajada de Israel un acto oficial en la Plaza Memoria AMIA —con Gelpi, Yacobitti, el presidente de la DAIA y un diplomático israelí— nadie habló de “adoctrinamiento”, nadie amenazo su seguridad física, nadie los persiguió ni fueron violentados. Pero si los estudiantes cuelgan una bandera de Palestina, aparece la represión y la persecución. ¿Quiénes ponen en riesgo la seguridad de la comunidad universitaria, los sionistas o quienes nos solidarizamos con Palestina?
La injerencia de la DAIA
Es inadmisible que una institución privada, religiosa e internacional como la DAIA marque agenda en la Universidad de Buenos Aires y en el Gobierno de la Ciudad. La DAIA no defiende a la comunidad judía: blinda al Estado de Israel frente a toda crítica. Su rol es el de lobby político del sionismo.
¿Quién protege a las estudiantes golpeadas en FADU? Muzzio se preocupa por la seguridad de la comunidad judía, pero no dice una sola palabra sobre las estudiantes agredidas en la universidad. Esa omisión habla sola.
La pregunta correcta
Muzzio se pregunta “¿Qué pasaría si se colgara una bandera de Israel en la UBA?”. Nosotros le devolvemos la pregunta: ¿Qué pasaría si en la universidad alguien quisiera colgar la esvástica nazi?
La diferencia es clara: una cosa es la solidaridad con un pueblo oprimido, y otra muy distinta es el aval a un enclave supremacista. Muzzio defiende un Estado artificial financiado por EEUU, nosotros defendemos a un pueblo.
Sionismo y nazismo: opresores distintos, métodos similares
Quienes hoy intentan blindar al Estado de Israel se indignan ante cualquier crítica, pero olvidan que el sionismo repite en Palestina métodos que recuerdan a los peores crímenes del nazismo: la segregación de un pueblo entero, el apartheid, los guetos, el hambre usado como arma de guerra, los bombardeos masivos sobre población civil, los campos de detención y la limpieza étnica.
El pueblo judío sufrió en carne propia la barbarie nazi y por eso resulta aún más aberrante que un Estado que dice hablar en su nombre haya adoptado políticas genocidas contra otro pueblo. La conclusión es clara: el nazismo fue derrotado en 1945, y el sionismo debe ser derrotado hoy para que Palestina pueda vivir libre.
Antisemitismo vs. solidaridad con Palestina
Confundir antisemitismo con antisionismo es manipular. Defender a Palestina no es antisemitismo. Ninguna bandera, pancarta o consigna solidaria contra el genocidio en Gaza amenaza a la comunidad judía en Argentina. Lo que se hace es instrumentalizar la judeofobia como caballo de Troya para censurar a quienes denuncian crímenes de guerra.
Por el contrario, son muchísimas las voces judías, en Argentina y en el mundo, que repudian los crímenes de Netanyahu.
¿Quién es Clara Muzzio?
Las declaraciones de la vicejefa de gobierno no son un exabrupto, sino parte de un perfil coherente con la ultraderecha mundial:
- Anti-género: “hay solo dos géneros”.
- Anti-inmigración: habló de “ola inmigratoria” como amenaza.
- Anti-derechos: en contra del aborto legal conquistado por millones de mujeres.
Hoy se suma la defensa cerrada del Estado genocida de Israel y la persecución a la juventud del MST. Todo es parte de un mismo programa reaccionario.
Criminalización de la solidaridad
El Ministro israelí, Itamar Ben Gvir, catalogó de “terroristas” a civiles de 44 países, entre ellos, a la diputada Cele Fierro (MST-FITU) por participar de la Flotilla Global Sumud que lleva ayuda humanitaria a Gaza. Lo mismo pasa en Argentina: Alejandro Bodart y Vanina Biasi son procesados y llevados a juicio por publicar críticas a Israel en Twitter. ¿Muzzio también avala que en Argentina se procese a dirigentes políticos por opinar?
Preguntas y exigencias a Muzzio
- ¿Cuánto financiamiento recibe el GCBA de organizaciones ligadas al sionismo y al Estado de Israel?
- ¿Apoya al primer ministro Netanyahu, con pedido de captura internacional por crímenes de lesa humanidad?
- ¿Qué opina de que Milei sea hoy el principal vocero de Israel en el mundo, usando la Casa Rosada como embajada paralela?
- ¿No le incomoda que los principales defensores de Israel sean Trump, Milei y la ultraderecha mundial?
- ¿Por qué en vez de perseguir estudiantes no se ocupa del déficit habitacional, las escuelas sin calefacción, los hospitales desfinanciados y las villas sin urbanizar?
Defender Palestina no es antisemitismo. Es defender la vida, la libertad y el derecho de un pueblo a existir frente a la ocupación y el genocidio.
Militantes y activistas de La Colectiva MST-FITU en FADU-UBA