La empresa Georgalos, fundada en Río Segundo y referente histórico de la industria alimenticia argentina, dio un nuevo paso estratégico que la coloca en un terreno hasta ahora inexplorado: el de los helados. Bajo el lema “Georgalos en modo helado”, la compañía acaba de lanzar una línea de 14 presentaciones que trasladan el universo de sus golosinas más reconocidas al freezer de kioscos y supermercados.
La jugada, que demandó una inversión inicial de US$ 1,5 millones, no solo abre un nuevo canal de ingresos, sino que también potencia el valor de marcas que forman parte de la memoria afectiva de varias generaciones de argentinos.
“Cuando pruebes un Palito de la Selva helado o un pote de Mantecol, la idea es que sientas que ese mismo producto que te acompañó toda la vida se transformó en un helado”, explicó en diálogo con Punto a Punto Katia Gounaridis, responsable de Marketing de Georgalos.
Una idea que maduró con el tiempo
El desembarco en el negocio del helado no fue un impulso improvisado. Según contó Gounaridis, el proyecto comenzó a pensarse hace más de cinco años, incluso antes de que la compañía adquiriera a Mondelez un paquete de marcas emblemáticas como Mantecol, Toddy, Bazooka y Palitos de la Selva.
“La idea estaba en carpeta, pero tuvimos que ponerla en pausa para consolidar las adquisiciones y trabajar en nuevas versiones de cada producto. Una vez afianzados, retomamos el plan de incursionar en helados con marcas mucho más sólidas”, explicó la ejecutiva.
La decisión requirió también una redefinición logística: freezers exclusivos, acuerdos con mayoristas y supermercados, y una distribución que combina la red propia con la de un socio estratégico, que produce los helados en sociedad con Georgalos.
El portfolio: del pote al palito
La nueva línea incluye cinco marcas principales: Mantecol, Toddy, Palitos de la Selva, Flin Paff y Full Maní. En total son 14 presentaciones que van desde potes tipo “pinta” de 250 gramos hasta palitos helados, conos y postres familiares.
- – Mantecol: cinco versiones, incluyendo un postre estilo “almendrado” pero con crema sabor Mantecol y trozos del clásico producto.
- – Toddy: tres opciones, entre ellas un pote premium y conos con cobertura de chocolate semiamargo.
- – Palitos de la Selva: un palito cremoso que replica el sabor característico de la golosina.
- – Flin Paff: versión palito de agua con el aroma inconfundible del caramelo.
- – Full Maní: un helado de crema con grana de maní, pensado para fanáticos de los frutos secos.
“Son desarrollos a los que les pusimos muchísimo foco. Por ejemplo, trabajamos con baños de chocolate semiamargo que casi no se encuentran en el segmento masivo. Queríamos que la calidad fuera diferencial”, enfatizó Gounaridis.
Estrategia comercial y comunicación
El desembarco de Georgalos en este mercado implicó también una apuesta fuerte en material de punto de venta: freezers ploteados, carteles para kioscos y supermercados, y campañas en redes sociales.
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“El lanzamiento ya se está comunicando en nuestras plataformas digitales y en los canales tradicionales con los que llegamos a clientes. A esto se suman entrevistas, notas en medios y la posibilidad de activaciones en streaming”, detalló la responsable de Marketing.
La expectativa es que, tal como sucedió con otros lanzamientos recientes de la compañía —como los chocolates Toddy o las tabletas Mantecol—, los consumidores se animen rápidamente a probar estas innovaciones.
Oportunidades y desafíos
El mercado de helados en Argentina es uno de los más dinámicos dentro de los alimentos, con una fuerte estacionalidad pero también con un crecimiento sostenido de propuestas industrializadas en góndola. Según datos del sector, el consumo per cápita ronda los 6 litros anuales, muy por debajo de países como Italia o Estados Unidos, lo que abre espacio para crecer.
“Sabemos que no es fácil entrar en un segmento donde hay jugadores históricos y cadenas con tradición. Pero también tenemos claro que nuestras marcas generan cercanía y confianza en el consumidor. Eso, sumado a la calidad del producto, nos hace pensar que vamos a tener una buena aceptación”, señaló Gounaridis.
La empresa, además, no descarta la posibilidad de que los helados viajen más allá de las fronteras argentinas. Aunque por ahora las trabas regulatorias y logísticas postergan ese plan, la mira está puesta en mercados vecinos como Chile, Uruguay y Paraguay.
Proyectos y visión a futuro
La incursión en helados se suma a una serie de expansiones que Georgalos viene realizando en los últimos años para “estirar” sus marcas a nuevos territorios. Mantecol untable, obleas y lingotes; chocolates Toddy; chicles y caramelos con sabores renovados son algunos ejemplos de cómo la compañía busca mantener vigencia en un consumidor que demanda innovación constante.
“No somos de quedarnos quietos. Siempre estamos atentos a nuevas oportunidades, ya sea con desarrollos propios o con adquisiciones como las que hicimos en 2021 y 2022. La idea es seguir soñando en grande y abrir caminos para nuestras marcas”, concluyó Gounaridis.
Un movimiento que marca tendencia
El caso de Georgalos refleja una tendencia más amplia de la industria alimenticia: la expansión de marcas icónicas a categorías adyacentes para aprovechar su capital emocional y fidelidad del consumidor. Así como Coca-Cola lanzó café o Milka llegó a los postres, Georgalos apuesta a que Mantecol y Palitos de la Selva tengan ahora su lugar en el mundo helado.
Con una inversión concreta, una red de distribución diseñada para escalar y un portfolio de productos que apelan a la nostalgia tanto como a la innovación, la compañía cordobesa busca abrir un nuevo capítulo en su historia.