Dos delincuentes fueron sorprendidos mientras robaban ruedas en la ciudad de Mendoza. Al notar la presencia policial, intentaron escapar, pero el vehículo cayó sobre sus manos y quedaron atrapados.
El hecho ocurrió en el cruce de las calles La Rioja y Maipú, a pocos metros de la transitada avenida San Martín y a unas cuadras del centro de la capital provincial. Al notar de presencia policial, los delincuentes soltaron la rueda del Renault Clio color gris de forma abrupta y sus manos quedaron atrapadas entre la rueda delantera derecha y el guardabarros.
Al darse cuenta que no podían escapar, dos cómplices se dieron a la fuga y los que estaban atrapados pidieron ayuda, lo que alertó al personal policial que terminaron ayudándolos. “Enganchadísima la tienen, van a tener que patear la rueda”, dice un testigo, mientras se escucha a uno de los forajidos gritar de dolor, según informó Mendoza Post.
Finalmente, los asaltantes, identificados como E. R., de 33 años, y M. B., de 36, debieron ser liberados por bomberos voluntarios e inmediatamente fueron detenidos.
El caso quedó a cargo de la fiscal Victoria de los Ángeles Foot Mayze, que ordenó el traslado de los imputados y se corroboró que ambos contaban con antecedentes penales por delitos similares.
Mendoza: un hombre mató de un disparo a un empleado que le reclamó el aguinaldo
En Mendoza, un hombre de 50 años fue asesinado por su jefe luego de una discusión por el pago del aguinaldo. El agresor de 73 años se entregó a la policías tras el crimen.
El episodio ocurrió el sábado por la tarde en una vivienda ubicada en la esquina de las calles México y Bolivia, Tupungato. Según la reconstrucción policial, la víctima, identificada como Ramón Ismael Ortega, visitó a su empleador, Ernesto Isuani Mazzeo, en su domicilio, ya que mantenían una buena relación.
Tras tomar unas copas, la situación cambió drásticamente cuando la víctima reclamó el pago del aguinaldo, lo que hizo escalar la discusión a una violenta pelea. De acuerdo a los peritajes, Ortega habría atacado primero con un cuchillo e hirió a su jefe con varios cortes en la cabeza y luego hasta lo agredió con un palo.
Fue entonces cuando Isuani Mazzeo tomó una pistola calibre 9 mm, disparó y le causó la muerte a su empleado. Alrededor de las 20, el agresor llamó al 911, confesó el crimen y dijo que esperaría en el lugar para entregarse, algo que sucedió apenas arribó la policía al lugar. La investigación quedó a cargo de la fiscalía local.