Los vecinos de un estudio de grabación cerca de Parque Chacabuco tal vez no se dieron cuenta, pero si dos lunes atrás hubieran agudizado la vista cuando bajaron los pasajeros de sucesivos remis, habrían visto algo que nadie les creería: Charly García, Nito Mestre, León Gieco, Raúl Porchetto y María Rosa Yorio.
Eran los integrantes del primer supergrupo de la Argentina, bautizado Porsuigieco, una fusión de los nombres de los integrantes de la banda: Por (Raúl Porchetto), Sui (Sui Generis), Gieco (León Gieco). Fue un legendario y bastante efímero proyecto amigos para hacer un folk-rock acústico que seguía los pasos de Crosby, Stills, Nash & Young.
Solo dieron un puñado recitales casi de circuito under (apenas uno en CABA), pero dejaron un álbum homónimo como testimonio, con canciones que se convirtieron en clásicas del rock argentino, como La colina de la vida, La mamá de Jimmy y Quiero ver quiero ser quiero entrar.
También grabaron una versión de El fantasma de Canterville, pero solo apareció en la primera edición porque fue censurado y en su lugar hubo que meter otro tema, Antes de gira.
Ahora, a 50 años de la grabación de aquel disco, el Instituto Nacional de la Música no solo logró recuperar los derechos de publicación para los artistas, sino que procedió a armar una lujosa reedición en vinilo y CD, con sonido remasterizado y por primera vez con El fantasma de Canterville y Antes de gira en una misma placa.
El álbum saldrá dentro de unos 25 días y para celebrar el acontecimiento hubo una escucha con Porsuigieco en plano en el estudio Crazy Diamond, junto al ingeniero de grabación Gustavo Gauvry, que realizó la remezcla y masterización partiendo de las cintas análogas originales. También estaban el fotógrafo Rubén Andón, el mismo que hizo las fotos del disco original, y el presidente del INAMU, Bernabé «Buco» Cantlon
Un reencuentro de amigos
Si bien Charly, Nito, León, Raúl y María Rosa suelen estar en contacto, la última vez que los cinco estuvieron juntos fue el 23 de septiembre de 2016, en un concierto de Porchetto en el Teatro Coliseo, donde cantaron El fantasma de Canterville y Algo de paz. También se habían juntado en 2012, cuando acudieron al Luna Park para un recital de sus ídolos de los años ’70, Crosby, Stills & Nash.
Este nuevo reencuentro fue a las 17 horas del lunes 28 de julio, en Tejedor al 800. Primero llegó Porchetto, luego Yorio, Mestre, Gieco y finalmente García. Hubo abrazos afectuosos y mucha alegría por el acontecimiento. Todos cuentan que vieron muy bien a Charly, muy conectado y contento, haciendo chistes con su típico humor ácido.
Según León, «El encuentro fue maravilloso, como todas las veces que nos encontramos con Raúl y con Nito, que a veces nos juntamos a comer un asado. Con María y con Charly generalmente no nos encontramos tanto, aunque a Charly lo veo todos los fines de año y en los cumpleaños. Así que nos pareció realmente increíble poder juntarnos todos. Estuvo hermoso, cariñoso y lleno de amor, porque siempre nos tuvimos mucho respeto entre todos y fue uno de los primeros grupos donde había una mujer».
Raúl Porchetto agrega que él hizo especial hincapié en que tenían que ir todos, «sino no tenía sentido», así que hicieron lo posible para coordinar horarios. «Puntualmente -dice- el reencuentro fue relindo y es una gracia que nos da la vida. Si alguien, 50 años atrás, nos decía que nuestra obra iba a tener esta sustentabilidad y que íbamos a compartir un tiempo y encontrarnos con miradas escuchando ese material, no lo hubiéramos creíado posible. Fue revivir lo que fue Porsuigieco».
Por su parte, María Rosa confirma que hacia mucho que no se juntaba con ellos. «Yo era una como una invitada en el grupo, pero también soy parte indisoluble de la banda».
«La pasamos genial», concluye Nito.
Algunas escenas de la escucha
Bernabé «Buco» Cantlon fue testigo de todo lo que ocurrió esa tarde en el estudio. Dice que fue muy emotivo ver a Charly cantando en voz baja las letras de las canciones, cruzando miradas cómplices con los demás, por ejemplo con su ex pareja María Rosa en Quiero ver quiero ser quiero entrar. O la propia Yorio cantando Viejo solo y borracho con una enorme sonrisa mientras sonaba el tema.
Cuando llegó el tema Mujer del bosque, Porchetto le recordó a Charly que había tocado un contrabajo que estaba de casualidad en el estudio. En Antes de gira Charly se puso a decir cada verso, y León se alegró al escuchar su armónica en un tema y agradeció a sus compañeros que le hayan dejado grabarla.
«Todo esto es algo que veníamos charlando y proyectando con los artistas -dice Buco- desde que recuperamos las cintas, porque eso nos permitió devolverle a todos sus derechos comerciales. Hablamos con todos los músicos de Porsuigieco y estuvimos de acuerdo en preparar una gran reedición en vinilo y CD».
Y concluye: «La emoción y la importancia de este reencuentro de Porsuigieco es verlos involucrados en revisar el arte, ver cómo está, chequear el audio y encontrarse para volver a escucharlo y ser partícipes. Más allá de la música, este reencuentro es la emoción que algunas obras no solo resisten el paso del tiempo sino que los trascienden».
Una proeza técnica
El Instituto Nacional de la Música (INAMU) recuperó en 2016 el histórico catálogo discográfico del sello Music Hall, Sazam, donde grabaron los principales artistas de tango, folklore y rock. Todo ese material, unas 2500 obras, estuvo paralizado dentro de un proceso judicial de quiebra desde 1993 y los discos estaban imposibilitados de ser reeditados legalmente.
Desde entonces trabajan junto al ingeniero de grabación Gustavo Gauvry en la remasterización de los discos, incluso realizando remezclas cuando cuentan con las cintas multipista originales, como ocurrió con algunas canciones de Porsuigieco.
Según Gauvry, «La cinta tenía algunos problemitas de drop-outs (desprendimiento de la emulsión magnética) en alguna canción, y no estaba El fantasma de Canterville, porque había sido censurado. Lo queríamos incluir, pero las copias que teníamos del vinilo del ’75 eran de mala calidad, inferior al resto de los temas. Por suerte Leon encontró en su casa una de las cintas originales de 4 pistas, donde había cuatro temas, incluyendo El fantasma… y La mamá de Jimmy, que tenía los drops. Los mezcle y mastericé con un sistema analógico de máxima calidad y quedó espectacular. Es la estética de 1974, pero con calidad de audio actual».
Al igual que los músicos, el técnico describe al reencuentro como «muy emocionante». Y agrega: «Todos estaban muy contentos y me agradecieron y felicitaron por mi trabajo. Fue especialmente emotivo para mí reencontrarme con Charly, a quien no veía desde hace muchos años. Fue muy lindo verlo mejor, con la mirada penetrante e inteligente que recordaba de sus mejores años, sonriente y afectuoso. ¡Canturreaba las canciones mientras escuchaba, recordando perfectamente las letras de temas que compuso hace 50 años, y que quizás no oía desde entonces!».
El origen de Porsuigieco
El 19 de junio de 1974, en el Auditorio Kraft se reunió lo que hoy se consideraría un supergrupo, pero en el momento fue simplemente una reunión de amigos.
León contó años después que “La imagen que tengo es Nito y yo con un tarro de engrudo y una brocha pegando carteles en un poste, y enfrente Raúl y Charly. Era la primera vez que un par de flacos, siendo solistas, se juntaron para sacar un disco”.
Originalmente, Porsuigieco fue el nombre que se les ocurrió para crear una editorial musical, una idea que no llegaron a concretar. Pero el recital tuvo un lleno absoluto y quedó gente afuera. En los afiches se anunciaba enigmáticamente como un show de Porsuigieco y la banda de Avestruces, una broma de García en referencia al reciente LP de León, Banda de caballos cansados.
En julio, Porsuigieco hizo una gira absolutamente informal y casi hippie por Piriápolis (Uruguay) y la provincia de Buenos Aires, actuando el 4 en el estadio Olimpo de Bahía Blanca, el 5 en el Teatro Estrada de Tandil, y el 6 en el Teatro Diagonal de Mar del Plata. Esas fechas, más los recitales del año anterior, fueron los únicos conciertos del supergrupo.
El disco se empezó a grabar muy lentamente, tratando de lograr que coincidieran los horarios de Nito y Charly (en pleno furor de Sui Generis) con los de León y de Raúl. Según recordó Nito, hubo poquísimos momentos en que todos estuvieron juntos en el estudio, y todo se fue grabando por partes.
Años más tarde, León comentó que recibieron ofrecimientos de hacer otro álbum, con amplio presupuesto y mucho apoyo de una grabadora, pero ninguno se sintió a gusto para forzar lo que nació como una experiencia informal de un conjunto de amigos.