Las aguas frescas mexicanas en California se volvieron virales gracias a un puesto callejero de South Central, Los Ángeles. El lugar, mostrado en la cuenta de Instagram del influencer Luis Fernando Garibay Wuiltron, atrajo la atención de los usuarios por su amplia oferta de sabores y una tradición que cruzó la frontera.
El puesto se encuentra detrás de un local de Carl’s Jr. y un Chase Bank, en pleno South Central. Visitantes como el creador de contenido Garibay Wuiltron, que figura en Instagram como @teddygrubs, aseguraron que compensa el viaje hasta el lugar: “Tuve que manejar una hora para llegar, pero vale la pena”, comentó una de las personas tras probar varias de las bebidas.
El menú supera la docena de opciones y mezcla tradición con innovación. Entre las variedades que aparecen en el video están:
El encargado del puesto ofrece degustaciones a todos los que se acercan: “Si gustan probar todas, les doy la prueba de todas. Para que vean que no soy malo”, afirma el comerciante.
En el video, el creador de contenido probó varias aguas, pero por fuera de esa categoría destacó el licuado de sabor de banana: “Aparte ordenamos la de plátano, que estuvo riquísima. 100% recomendado”. También bromeó sobre la tradición de llevar grandes recipientes.“Es como venir con la olla”, dijo entre risas.
Otras historias demuestran que la pasión por las aguas frescas no solo reflejan tradición y cultura, también muestra que pueden ser una gran oportunidad de negocio. Tal es el caso de Víctor Guardiola, hijo de inmigrantes mexicanos que llegó a Estados Unidos de niño y hoy factura en siete cifras con su marca Bawi, inspirada en sabores tradicionales como piña, limón y maracuyá.
El emprendimiento comenzó en Austin, Texas, cuando Guardiola y su socio Jordan Hicks detectaron que las bebidas azucaradas estaban ligadas a altos índices de diabetes y enfermedades cardíacas en la comunidad latina. Su idea fue ofrecer una alternativa con menos azúcar, sin perder la esencia cultural.
Los primeros pasos fueron modestos: preparar recetas con una soda stream y venderlas en mercados de agricultores, donde se agotaban cada fin de semana. Más tarde realizaron encuestas en Whole Foods. La validación del mercado fue clara: había espacio para un producto que combinara sabor, salud e identidad.
El crecimiento llegó gracias al atractivo de la nostalgia. Según su co-creador, Bawi conecta tanto con latinos que buscan revivir sabores de su infancia como con consumidores curiosos que quieren probar algo nuevo. Hoy, gran parte de sus compradoras son mujeres jóvenes no latinas, de entre 25 y 34 años.